Saludando a Yoga calurosamente señaló: "Amigo Yoga, por alguna razón estás en mi bosque. He olvidado por qué te invité, pero ya que estás aquí, bienvenido seas, relájate y disfruta".Sonriendo serenamente, Yoga contestó: "Yo tampoco sé por qué me invitaste, pero gracias por tu hospitalidad" y mirando la túnica de Reiki, repuso cortésmente:
"Aunque yo, como ves, prefiero ir desnudo, creo que es muy hermosa la túnica que llevas"
"Gracias, me la prestó hace tiempo un monje que hallé orando en una cueva del bosque. Puso una sola condición, que la llevara con sencillez y agradecimiento. Y así lo hago desde entonces"
Y tras estas palabras, pasearon juntos un buen rato, disfrutando de la belleza que les rodeaba.
De pronto en el suelo vieron un pájaro herido. Tenía las alas entumecidas y no podía volar.
Reiki lo recogió y lo apretó contra su corazón. Con el calor de su túnica luminosa, las alas del pájaro comenzaron a moverse tímidamente, hasta que por fin alzó el vuelo y se perdió en la lejanía.
"Esto es lo que más me alegra de llevar esta ropa, ¿sabes?", dijo sonriendo Reiki, "que con la luz que desprende se produzcan milagros como este"
Tras un instante de silencio, Yoga contesto:
"Creo que el milagro no está en la luz de tu túnica. Ni tampoco en que el pájaro haya volado. El verdadero milagro, amigo mío, es que hayas tenido el amor y la paz necesarios para llevar el pájaro a tu corazón"Reiki miró al Yoga a los ojos, y sonriendo dijo:
"Ahora ya recuerdo por qué te invité a mi bosque"
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